Wattasü pe’ipaajirawaa
Por: Gretty Ramirez, La Potto Boscán
Wayuu Epinayuu
Hablar sobre xenofobia no es nada fácil, es por ello que describiré brevemente el significado de esta palabra que nos está separando y nos hace discriminar a la gente que nace en un país diferente al nuestro, muchas veces inconscientemente nos tornamos villanos de aquellos que desconocemos.
Llevo
aproximadamente un mes intentando escribir acerca de la cercanía que existe
entre Venezuela y Colombia, compartimos parte de la historia y no estoy
hablando de Bolívar y sus campañas libertadoras, ni de los derechos de autor de
la arepa, ni que nuestras banderas comparten los mismos colores. Hablo de lo
cotidiano de haber visto pasar camiones cargados de una gran cantidad de
productos que abastecían nuestras casas por muchos años, aquellos ires y
venires de familiares y conocidos en busca de oportunidades y trabajo.
La
población venezolana que actualmente cruza la frontera de su país en búsqueda
de salidas a la grave crisis humanitaria desatada en el último periodo en su
territorio, lo hacen hacia países como Chile, Ecuador o Argentina. Muchos de
los migrantes provenientes de Venezuela
se quedan en La Guajira porque no quieren alejarse mucho de lo que dejan atrás,
algunos de ellos viajan mensualmente para darle un vistazo a sus familiares.
Cada día
son más los que cruzan la frontera que compartimos, la mayoría de ellos lo
hacen por las innumerables trochas porque aseguran que es mucho más fácil e
incluso más barato, sin embargo cuando llegan a nuestro país son muy pocos los
que vienen con un empleo, lo que los lleva en muchas ocasiones a regalar su
trabajo y en otras recurren a la mendicidad.
Muchos
guajiros nos hemos sentido invadidos ante la creciente migración venezolana en
nuestro departamento y eso ha sido un detonante para que veamos en las calles
actos de xenofobia, creemos erradamente que ellos nos están quitando el pan de
la boca.
La gran
cantidad de migrantes venezolanos que han
cruzado la frontera en busca de una mejor calidad de vida, nos ha llenado de
intolerancia, ver el maltrato a los que son sometidos tristemente se ha vuelto
pan de cada día, mientras estaba sentada escribiendo estas palabras me llego al Whattsapp un mensaje de voz donde me dicen: Anoche
en Riohacha mataron a un migrante. Busque en redes sociales la noticia y
una gran parte de los comentarios eran de odio
hacia alguien que tuvo que salir de su país buscando una solución
económica.
Estamos
tan cerca los unos de los otros, pero al mismo tiempo nos separa una diferencia
dialectal, un acento, alguna comida especial, nos estamos olvidando de los
valores humanos y la importancia de salvaguardar una mejor conciencia que les
vamos a heredar a las generaciones futuras, esto es #LaGuajiraEsTuCasa el hogar
de todos, un espacio que debemos cuidar como nuestra alma misma para que los
antivalores no se alojen en ella.
Es una lástima que nos cueste trabajo aceptar a la demás gente
ResponderEliminarExcelente reportaje!
ResponderEliminarBuena reflexión.
ResponderEliminarmuy sentida las palabras de este texto
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