Epejawaa – Día de los fieles difuntos

 

Foto de Algimiro Montiel 

“Epejüshii waya napüleerua waamüka, cha’aya Jepira eere napushua na wayuu outakana jülüjawaishii waya naa’in, nanalaa amüinna waya sulu’u wa’lapüin, aapirüshii eere wanülüü, eere sünülia kasachiki. Cha’aya Jepira asitushii eekai warattüin apüne, maka waya achuwajüin siki amuuyuupa’a nachiirua waamüka. Tü epejawaakaa waa’inrüin nou chi kashi outalü ou waamüka, müleka wa’lapüjaale naya oulaka müsia shia wanalaale namüin amuuyuupa’a. – Encendemos fuego para nuestros difuntos, allá en Jepira dónde están todas las personas que mueren nos tienen presente, nos visitan en los sueños, nos anuncian las pestes o cuando se presagia una calamidad. A Jepira llegan quienes tienen el camino alumbrado por esa razón encendemos fuego para nuestros difuntos cuando mueren. El encender fuego lo hacemos primeramente durante el mes del fallecimiento, cuando los soñamos y cuando los visitamos al cementerio”.

Si bien en el calendario estelar y socio -productivo del pueblo wayuu no existía una fecha específica para el encendido de fuego en los cementerios, está es una práctica que hace parte de la ritualidad propia de nuestro pueblo, una vez que un miembro de la familia muere se enciende un fuego en el cementerio durante un mes para garantizar que en el mundo espiritual nuestro ser querido tendrá luz para ver el camino y llegar hasta Jepira, el mundo a dónde van las almas de las personas al morir.

Los sueños son el medio por el conocemos lo que existe más allá de nuestro mundo, en los sueños nos encontramos y reencontramos con los seres queridos que nos visitan para anunciar los presagios sobre próximos sucesos o sencillamente para aliviar nuestra alma con su compañía, sabemos a través de los sueños que nuestros seres queridos recorren el territorio hasta llegar a Jepira, cuando despertamos encendemos el fogón y hacemos café para compartir con la memoria de ese difunto. En caso de que el ser querido diga sentirse solo, se va al cementerio y se enciende fuego, se comparte comida y bebidas en memoria de los difuntos. Nunca dejamos de atender nuestra responsabilidad con ellos.

A través del intercambio cultural hoy sabemos que existe el 2 de noviembre como día de los fieles difuntos, en memoria de nuestros abuelos, padres, tíos, hermanos, primos, hijos, o amigos difuntos, vamos al cementerio para honrar la memoria de estos seres queridos y compartir con ellos un día al año para que sepan que siguen vivos en nuestro corazón. Al igual que el fin de año está fecha se ha hecho tan representativa para el pueblo wayuu que el ritual de alumbrar el 2 de noviembre es parte del calendario socio-productico actualmente.

Foto de Algimiro Montiel 

A diferencia de los velorios y las exhumaciones de restos, no asisten tantas personas sino los núcleos familiares más íntimos, quienes se agendan para acompañar a sus fieles difuntos en los cementerios de toda La Guajira, está práctica es una muestra de resistencia cultural del pueblo wayuu que aún de aferra a sus prácticas rituales y el pensamiento propio sobre el mundo onírico y el más allá, un más allá que hace parte de nuestra cotidianidad y vivencias actuales.