Los procesos migratorios en La Guajira - N o t i W a y u u

N o t i W a y u u

Agencia Autónoma de Comunicaciones

Ultimas Noticias

Post Top Ad

Responsive Ads Here

2/08/2022

Los procesos migratorios en La Guajira

Por: Carlos Manuel Guerra López



"Nuestros mitos, apellidos, ciudades y comportamientos hacen parte de un mundo conectado en constante movimiento".


La migración es un fenómeno histórico que se encuentra atado a la memoria, a las adversidades, a la esperanza, a la relación con un mundo natural y espiritual, a la incompatibilidad de convivir con el otro, y a la posibilidad de construir o asegurarse un futuro distinto. Estas aristas se encuentran lejos de ser exclusivas de una cultura en particular, responsabilidad única de un gobierno de turno o de un evento natural catastrófico. En su lugar, la migración es un fenómeno común de la humanidad.

 

Muchas historias del pueblo indígena wayuu se basan en diversos viajes y procesos de migración. Estos relatos míticos tienden a brindar explicaciones sobre el mundo que habitamos y nos permiten identificarnos con algunas prácticas, sujetos y lugares. Entre ellos, un relato de gran importancia es el de los cerros titulares, los hermanos: Itujolu (la Macuira), Epitsü (el cerro de la teta) y Kama’ichi (mal llamado pilón de azúcar). Cuenta la historia, que debido a una fuerte hambruna los hermanos menores Epitsü y Kama’ichi optaron por abandonar su lugar de origen en busca de nuevos y mejores horizontes. Ambos marcharon con la esperanza de algún día volver. En esa larga travesía, Kama’ichi terminó casado con Jepírachi (un viento agradable que viene del Cabo de la Vela) y se convirtió en el señor de las cosas del mar. Por otro lado, Epitsü se casó con Uuchajatü (un viento proveniente de las montañas), convirtiéndose en los proveedores de frutos y siembras. Ambos cerros se establecieron en sus respectivos lugares, nunca más regresaron.

 

Todo proceso de migración es una constante interacción con el otro, es una historia de contacto y de relaciones. El contacto con otras culturas y territorios hace parte de la esencia misma del mundo wayuu. Según el historiador Ernesto Bacci, los wayuu hacen parte de los considerados indios marítimos, grupos que por su particular relación con el mar, se convierten en comunidades cosmopolitas, y que “participaban activamente en las redes de comercio del Atlántico, hablaban con fluidez algunos de sus idiomas y tenían conocimiento íntimo de su mercado y culturas”.

 

Muchos wayuu enviaban sus hijos a la isla de Jamaica con la intención de que estos aprendieran inglés, el manejo de las armas de fuego y el uso de artillería. De hecho, era más importante, en ese momento histórico, aprender inglés, después de todo era el idioma del comercio, en contraposición del español, que era el de la guerra. Su incursión por el gran Caribe llevó a que este pueblo indígena forjara vínculos con las Antillas holandeses y comercializara con franceses e ingleses. Por esta razón, Bacci los cataloga como un pueblo transimperial.

 

Los mitos y la productiva relación comercial entre el mundo wayuu y el gran Caribe no son los únicos escenarios de migración que nos brinda la nutrida historia de La Guajira. La lingüística y la historia fundacional de su capital también se ven enriquecidas por los procesos migratorios. El lingüista guajiro, Francisco Justo Pérez, relataba cómo la especificación del wayuunaiki nos remite a la amazonia de hace miles de años. Su génesis se remonta a un proceso de migración llevado a cabo hace 5.000 o 3.500 años, lo que produjo el esparcimiento del stock arawak hacia el norte, desplegando múltiples lenguas que involucrarían a: Surinam, Guyana, América central y algunas islas del Caribe. De esta manera, la escisión del wayuunaiki como lengua pudo suceder alrededor de 1.500 años atrás.

 

Por otro lado, Riohacha, su capital, se aleja de los mitos fundacionales clásicos basados en una figura heroica que erige una ciudad como resultado de una cruenta batalla. En contraposición, la ciudad entera es fruto de un proceso de migración proveniente de Nuestra señora de los Remedios del Cabo de la Vela. Por si fuera poco, durante sus primeros tiempos, Riohacha hacía parte de la jurisdicción de Santo Domingo, es decir, sus fronteras políticas y dimensiones jurídicas se extendían por el gran Caribe. Esto sin mencionar los asentamientos de familias holandesas y judíos sefardíes que incursionaron en el contrabando durante todo el siglo XVIII y XIX.

 

Por ello, como resultado de todos los procesos migratorios, si algo podemos tener claro los guajiros, es la importancia de la migración en la construcción de lo que somos, de lo que alguna vez fuimos y, por supuesto, de lo que seremos. No existe un tiempo pasado originario que hable de falsas purezas raciales o de autonomías absolutas. Nuestros mitos, apellidos, ciudades y comportamientos hacen parte de un mundo conectado en constante movimiento. Cuando estos criterios se tornen borrosos y culpemos a todo migrante de las desventuras actuales, es bueno reflexionar y recordar que “el chivo” fue durante mucho tiempo un extranjero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus preguntas, sugerencias, comentarios y opiniones sobre esta entrada y el contenido que publicamos en el NotiWayuu.blogspot.com, son importantes para nosotras y nosotros. Escríbenos a la Redacción del NotiWayuu, incluso si quieres que contemos tus historias.

Post Bottom Ad

Responsive Ads Here

Pages