Por: Sailyn Fernández
Comunicadora indígena
Miembro de la Red de Comunicaciones Pütchimaajana
Hablar de estrategia educativa en tiempos de pandemia, es hacerlo de una
situación que debilita el campo escolar. Antes de la llegada de la pandemia, en
el municipio fronterizo Guajira ya se venían visibilizando conductas deplorables
en el tema de la educación, la misma que viene enfrentando un alto nivel de
deserción escolar, donde a diario se observa la presencia de niños de edad
escolar deambulando en las calles, con un rango de miseria constante, el
impacto mundial de la pandemia dio un giro que opacó la educación, convirtiendo
el ejercicio docente en un reto a ciegas.
Retos para un nuevo año escolar según organismos internacionales
Para contextualizar es necesario una mirada a nivel
de América Latina y el Caribe, donde la mayoría de los alumnos permanecen fuera
de las aulas, UNICEF, la UNESCO y el Programa Mundial de Alimentos (WFP) llaman
a los gobiernos de la región a intensificar la preparación de todas las
escuelas para una eventual reapertura segura y ayudarles en este proceso con
dos nuevas herramientas la
planificación e implementación de un proceso de reapertura segura de las
instituciones educativas
En total, más de 154 millones de niños, niñas y
adolescentes dejaron de asistir a clases en América Latina y el Caribe. Más de
80 millones de niños dejaron de recibir comidas escolares luego del cierre de
sus escuelas en la región. A nivel global, 24 millones más de niños y jóvenes
podrían abandonar la escuela o no tener acceso a la escuela el próximo año
debido al impacto económico de la pandemia, según la UNESCO.
¿Y la Guajira qué?
Por otra parte, haciendo una radiografía del campo
educativo en el municipio Guajira, es necesario mencionar que durante la última
década, las escuelas han vivido el olvido estatal, múltiples factores que se
pueden notar desde la carencia de infraestructura y paradójicamente centros
convertidos en depósitos de pupitres rotos, dejando claro que en el municipio
Guajira la educación a distancia durante este último año escolar dejó
experiencias insatisfactorias en quienes intentaron realizar las estrategias
educativas.
Para escribir este artículo, les confieso que hizo
falta una dosis de caminata, acompañamiento
y observación de las escuelas
cerradas, ver a los niños, niñas y adolescentes
que se enfrentan a la calle para ganar algo de dinero, sin tener la
mínima precaución de que pueden contagiarse, solo la esperanza de vender el
café diario, comprar gasolina, en resumidas cuentas, rebuscarse, es la muestra
de la gran necesidad en casa. Escenas que permiten ver las adversidades, la deficiencia y el
deterioro de la educación, problemas que hoy son más vigentes que la propia
pandemia.
La Educación durante la pandemia, mirada por los docentes
La realidad de las clases virtuales en una zona donde
la población, pasan más de 72 horas sin luz, algunos ya se acostumbraron a
vivir a oscuras, siendo esta unas de los detonantes para definir la educación
en el municipio Guajira como “desequilibrada y caótica”, mientras que en
algunos lugares los docentes estipulaban
una fecha para que los representante retiraran los cuadernos con las
actividades, luego ir de casa en casa para retirarlo; En otras escuelas simplemente
se limitaron a mantener cerradas las puertas, caso de las escuelas que se
encuentran en la línea fronteriza, allí
los estudiantes nunca fueron atendidos.
“Todo fue un
cambio, nos agarró desprevenidos” respondieron los profesores consultados,
mencionaron lo maratónico de planificar en medio de la pandemia. Los docentes de 170 escuelas del municipio Guajira, no
entendían la dinámica de hacer clases a distancia, siendo esta la alternativa
emanada por el Ministerio del Poder Popular para la Educación en Venezuela.
Conversando con Irama Larreal profesora en el área de
Educación para el Trabajo, con mucha preocupación a la culminación de este período
escolar 2019-2020 me decía: “resumo este año escolar como caótico… ¿Cómo íbamos
a hacer? Me preguntaba, pero debía cumplir. Muchos estudiantes no podían completar
las actividades, sin embargo a esos estudiantes se les permitió pasar a otro
nivel para el nuevo período”.
“Sabíamos de antemano que la entrega de portafolios
con los cuadros de contenido no era suficiente, al finalizar el años escolar
nos dimos cuenta que no todos los estudiantes respondieron, por supuesto eso se
debe a los inconveniente que ellos tuvieron, primeramente muchos estudiante
viven alejados de las instituciones y otros no tenían la manera de investigar,
realizaron lo que pudieron en las mínimas condiciones” así lo señala la
profesora Keinibel Palmar.
Clases en casa
Ante la consulta sobre la educación en tiempos de
pandemia a los representantes, en su mayoría manifestaron lo negativo que fue
el proceso de aprendizaje, exponen diferentes realidades: problemas eléctricos,
la deficiente y en algunos casos la inexistente señal telefónica, “Es un caos total la educación de nuestros hijos, me
da nostalgia ver que vivimos estos tiempos” me relata Luciana Camargo, quien
es representante de la Institución Fe y Alegría Paraguaipoa. Por otra parte en
las comunidades lejanas, las niñas y niños
retomaron algunas prácticas culturales: buscar agua, cortar leña, hacer
casería, sembrar, lo que para la cosmovisión wayuu es alentador debido a que permitió
fortalecer la identidad propia, los usos y costumbres.
Buscamos entrevistar a los responsable de la
educación en el municipio Guajira, pero
hasta la fecha no fuimos atendidos. Lo que deja entredicho su voluntad y
claridad respecto a los nuevos desafíos de la educación durante y para la
pos-pandemia.
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