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9/05/2008

Colombia: Mamos purifican la Sierra de la sangre derramada

Actualidad Étnica, 29 agosto.- El asedio militar y las violaciones a las jóvenes arhuacas han puesto sobre alerta a los indígenas del Pueblo Arhuaco, una etnia que clama por la paz e invita a los actores del conflicto para que pongan fin a esta absurda guerra.

Actualidad Étnica, conversó con Arukin Gumu y Kasokaku Busintana Mestre, líderes arhuacos, provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta, y representantes de la comunidad arhuaca de Seynimin, quienes expusieron los hechos que amenazan la seguridad del Pueblo Arhuaco y de la Sierra Nevada.

A ellos les fue encargada una misión por parte de sus Mamos (autoridades de su pueblo): transmitir un mensaje de denuncia al mundo, pero al mismo tiempo un mensaje de esperanza y perdón. Solicitan que no se manche más su territorio de sangre; “la Sierra es un Templo Sagrado y no se debe Profanar”. También invitan a reflexionar desde la vida y desde el corazón de la Sierra, corazón del mundo, para que no haya más violencia en Colombia.

»»En la Sierra se violan los Derechos Humanos.- El pasado 4 de agosto la Confederación Indígena Tayrona, CIT, denunció agresiones contra dos de sus indígenas, Seyningumu Arroyo Alfaro de 21 años y Kaney Maku Torres Ramos de 14 años, quienes resultaron heridos con arma de fuego. De este hecho la organización arhuaca responsabilizó al ejército (tropas del Batallón La Popa de Valledupar).

Nuestros visitantes corroboraron la versión. Aseguraron que los arhuacos que fueron agredidos son indígenas tradicionales de manta, viven en su territorio; “ellos fueron enviados por los mamos a llevar un trabajo a un sitio sagrado cuando recibieron disparos en su cuerpo. Ellos son de la comunidad de Seynimin, municipio de Valledupar. Luego de resultar heridos fueron trasladados a Valledupar donde fueron atendidos en la Clínica.

A uno de ellos parece que le van a amputar el brazo. El otro recibió el disparo en una pierna, no pueden caminar y están a la espera del parte médico. Ahora permanecen en la Casa Indígena de Valledupar, pero siguen graves y en tratamiento médico”.

El argumento de las autoridades arhuacas para responsabilizar al ejército de estos hechos, es que los militares siempre han permanecido en esta zona; “todo el tiempo han estado ahí, se han adueñado del territorio, son ellos quienes controlan, no son nuestras autoridades.

Los militares limitan nuestra forma de gobierno basadas en nuestras propias costumbres, eso no lo respetan ellos, sino que han entrado, permanecen y controlan la zona. Al día siguiente, ellos continuaban ahí. Fueron ellos”, indicaron los líderes arhuacos. También manifiestan que les han reclamado a los militares y que ellos han dicho que fue una equivocación, pero que realmente el ejército no ha dado una respuesta oficial.

Una fuente militar de Valledupar indicó a Actualidad Étnica que la zona donde ocurrieron los hechos no es de jurisdicción del Batallón la Popa, sino del Batallón de Ingenieros. Actualidad Étnica, intento conocer la opinión de los militares, pero no hubo ninguna respuesta.

Ante estos hechos la Procuraduría Delegada para Derechos Humanos y Asuntos Étnicos, le dijo a Actualidad Étnica que hará un llamado a la Fuerza Pública para que Proteja a las comunidades, y que iniciará el trámite correspondiente a las autoridades competentes para que adelanten la investigación.

No obstante, los hechos que ocurrieron el pasado 4 de agosto y las recientes violaciones de sus mujeres no han sido los únicos casos de violación a los Derechos Humanos. La historia de la etnia arhuaca ha sido de permanentes circunstancias adversas: la invasión a sus tierras y la aculturación por parte de los conquistadores y la religión; asesinatos de sus líderes y sus comuneros; desplazamiento de sus comunidades.

Profanación de sus sitios sagrados; despojo de sus tierras e intromisión en sus ritos y en su cultura; amenazas y señalamientos macabros que, como ellos dicen han mancillado el honor de su pueblo y han manchado su territorio de sangre. Los mamos no entienden por qué le han hecho todo esto a su pueblo.

Precisamente porque nadie les ha dado respuesta, ellos y su comunidad, han decidido denunciar las constantes violaciones en su contra; porque no han sido escuchados, y porque “todo queda en la impunidad. Lo que nos preocupa es qué más va a pasar; hoy les disparan a dos de nuestro indígenas… mañana qué va a pasar, esa es la preocupación nuestra”.

La preocupación aumenta, según ellos, porque estos casos se han llevado a muchas instancias nacionales e internacionales, pero la intimidación y agresiones en su contra continúan. “Los Mamos no entienden por qué en las constituciones y convenios se habla del respeto a nuestros derechos, si eso no se cumple”. La militarización afecta la cultura y la permanencia territorial de los arhuacos.

Los representantes de la comunidad arhuaca donde sucedieron los hechos sostienen que la militarización les ha afectado profundamente sus sitios sagrados; obstaculizando la realización de sus pagamentos y sus ceremonias rituales. Afirmaron que cada día aumenta más la militarización en territorios indígenas sin ser siquiera consultados.

“Esta es una forma de atentar contra los indígenas; no se ha consultado con los indígenas si queremos o no la militarización, el mecanismo de la consulta previa es nulo, pese a las normas constitucionales y los convenios internacionales que la establecen”.

Consideran que, de lo contrario, en la Sierra Nevada ha crecido la militarización, hay más bases, más de 5.000 hombres; “ahora con los megaproyectos, las represas y la proyección del Puerto hay más presencia militar para que los indígenas no podamos hacer nuestros pagamentos. Eso es atentar contra la diversidad, contra la forma de pensamiento que tanto se pregona en la constitución, y contra las libertades de pensamiento”.

»»La violación de jóvenes arhuacas.- Otro aspecto que preocupa al Pueblo Arhuaco y que sus autoridades repudian es la violación a sus jóvenes mujeres. “Recientemente -aseguran los representantes de Seynimin- dos de sus jóvenes mujeres fueron violadas”.

Esta situación preocupa sobremanera a los arhuacos, máxime si se tiene en cuenta, como ellos dicen, que los hechos ocurrieron en los sitios donde operaba el ejército y cerca de donde el gobierno piensa hacer el Embalse Multipropósito Besotes.

Los líderes indígenas, afirmaron que las violaciones a las jóvenes son frecuentes en la Sierra Nevada por parte de los militares y otros actores armados que operan en la zona; paramilitares y guerrilla. Estos hechos afectan su permanencia territorial y la paz de su región; Vulneran sus derechos colectivos, su integridad y su dignidad.

»»La limpieza espiritual.- Las últimas esperanzas de la humanidad se extinguen cuando se carece de paz y de una directriz espiritual, eso dicen los mamos de la Sierra. Por eso los representantes arhuacos no conciben que “vengan y nos disparan, que nos hagan víctimas de algo que no tenemos nadad que ver”.

Las últimas informaciones que se tenían de la Sierra Nevada daban cuenta que había una relativa calma y que los indígenas podrían refugiarse en la paz y en la armonía que ofrece esta tierra excepcional. Hoy ven con angustia como se empiezan a desencadenar hechos violentos.

“Los mamos y las autoridades tradicionales que están allá -le dijeron a Actualidad Étnica los voceros arhuacos- estaban haciendo un saneamiento al territorio, para limpiarlo de tantas violaciones y derramamiento de sangre que ha habido en la Sierra”.

Aseguran que sus territorios los han utilizado como estrategia militar; internamente -los arhuacos- trabajamos buscando la armonía de nosotros con la naturaleza, el equilibrio de esos sitios sagrados que han sido manchados de sangre, de guerra y por eso se hace una limpieza espiritual; “los mamos con sus comunidades están sanando el territorio espiritualmente; sanando el medio ambiente, sanando el agua, de tanta contaminación: bolsas y basuras en los ríos que han dejado personas externas”.

Afirmaron, que no es pertinente hablar de una relativa calma tal como lo han hecho creer el gobierno y los medios de comunicación masivos; “aún no se han ido los paramilitares, ni la guerrilla, de lo contrario han invadido nuestro territorio, algunos se han adueñado de sitios sagrados que eran nuestros”. Ahora, los arhuacos buscan que sus territorios les sean devueltos; “queremos que esto se arregle por medio del diálogo y la armonía”.

Hacen un llamado a los actores de la guerra a que se concienticen que los arhuacos no son y no hacen parte de ella; “nosotros hacemos parte de la paz, queremos construir la paz de Colombia; que sea un país de paz, de armonía en medio de las muchas diferencias”.

»»La historia no desmiente, porque no ha sido muy distinta.- La memoria arhuaca no olvida a quienes han muerto por preservar su cultura, que es lo que realmente cuenta para los indígenas; las cosas que se sientan y se viven: “un indígena no se reconoce por lo que habla o lo que demuestre, sino por lo que piensa, lo que siente y por lo que es”, afirmaron Kasokaku y Arukin.

Recuerdan como en los años 90 - 91 fueron asesinados tres mamos, líderes de la comunidad arhuaca, que viajaban a Bogotá. “Las investigaciones hallaron responsables al Estado, al ejército colombiano; así se conoció por organismos internacionales y el Estado fue condenado.

Pero hay más; si hacemos un recuento, son muchos los líderes indígenas asesinados, no sólo arhuacos, sino kogui, wiwas y kankuamos, que todo el mundo conoce cuál ha sido la problemática. A eso se le suma esto; más las constantes violaciones: accesos carnales abusivos; violaciones a mujeres, niñas”.

»»Han vulnerado el corazón del mundo.- Los líderes arhuacos explicaron que son muchas formas de atentar contra los pueblos indígenas de la Sierra, sobre todo al profanar la Línea Negra, sitios sagrados donde ellos realizan sus pagamentos espiritales y sus rituales ceremoniales.

Sostienen que hoy la Línea Negra se ve amenazada por los megaproyectos que proyecta el gobierno; “los mamos dicen que como no ha habido un saneamiento del territorio -manchado de sangre-, los sitios sagrados se han vulnerado con los megaproyectos; por eso es que está la guerra.

“Para nosotros la Sierra es el corazón del mundo, es un templo sagrado, pero no hay un conocimiento claro de esto; las multinacionales y el gobierno son analfabetas espirituales, no entienden que los indígenas no estamos en aras de comercio y que no vemos todo como un negocio.

El territorio que reclamamos es para pervivir infinitamente, para que permanezca nuestra cultura, y para que se mantenga el equilibrio del mundo: la Sierra Nevada”. Sostienen que son muchos atentados contra los arhuacos; “el pensamiento indígena ha sido vulnerado de muchas maneras no solamente física, sino espiritual y culturalmente, esto tiene que ver con los derechos culturales y espirituales de nuestro pueblo”.

Los representantes arhuacos consideran que los intereses que defiende la guerra arrastra a que los colombianos se maten entre hermanos; e incita a que otros personas entren a la Sierra, les invadan su tierra y les perturben sus ceremonias, sus ritos, sus formas de vida que se caracterizan por respetar todas las cosas; la naturaleza y el universo.

»»La ley Sé, instaurada por el Padre Serankua y la Madre Seynekun.- Los líderes arhuacos hablaron con el corazón, con el espíritu guiador de la Naturaleza y del Cosmos, y con la anuencia y bendición de sus mamos, quienes les confiaron la misión de trasmitir su mensaje al mundo.

Los dos explicaron que el conflicto que se desarrolla en la Sierra es orquestado por gente de la región; “gente de acá (César) con otros intereses: políticos, económicos… nosotros somos víctimas, estamos entre el fuego cruzado. Esta es una muestra más que la Constitución no se cumple.

“No sólo se viola la Ley indígena, la Ley de origen, el derecho mayor, los ecos antiguos del universo, de la tierra (Ley Sé), sino que también se vulnera lo que se ha positivizado: la norma escrita; entonces ¿a qué jugamos?

“No respetan ni la norma espiritual, ni la ley de origen, la ley Sé; la norma que dejo el Padre Serankua (Creador) y la Madre Seynekun (Madre Tierra), tampoco respetan la misma norma constitucional, ni los convenios y tratados internacionales. ¿Para dónde vamos?”

Esa es una explicación de la cual los mamos esperan respuesta; “queremos que nos expliquen para dónde vamos, cómo vamos a tejer el pensamiento entre todos” No conciben que mientras ellos dan una puntada de buena fe: de paz, de equilibrio, de respeto, de armonía, el gobierno y los militares dan la suya con fusil”. En este sentido los arhuacos consideran que se atenta contara sus derechos colectivos•

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