Hace unos días estuve en la alta Guajira, acompañando una familia amiga a cumplir con una tradición milenaria de llevar los restos mortales de sus familiares hasta un último lugar, de donde parten de esta vida terrenal para vivir en nuestros sueños; estando allí, visité el cementerio, y recordé a Pedro Paz Jusayú “el loco”, quien me trajo fuerzas para retomar las palabras y relatar una realidad que aún vivimos.
Primo estas letras son para usted y los que desde aquí lo recuerdan, alzando la voz para que en algún momento la historia empiece a escribirse de otra manera...
“benditos medios de comunicación”…
De aquel lado se quejan, y aunque sea por una razón de verdadero peso, se ha convertido en un espectáculo sensacionalista para seguir alterando, lo que de moda se ha vuelto llamar “el pueblo”; es lógico atreverse a dudar que sea el pueblo realmente, porque si se habla acorde a las varias manipulaciones de los medios de comunicación, ese pueblo esta haciendo lo que solo promueve, para mi criterio, mas rencor lejos de la tolerancia que subliminalmente promueven los noticieros para la conveniencia del gobierno actual, que se aprovecha de dichos recursos para disfrazar, y en el caso de mayor gravedad, dejando impune las masacres de sus ejércitos paramilitares.
Diez millones de corazones se solidarizaron en Madrid, Paris, Londres, New York, Ciudad de Méjico, Buenos Aires y en toda Colombia, marchando en contra de Las FARC; esto titularon durante 5 días todos los espacios noticiosos, diez millones de corazones gritando en las calles del mundo la palabra rechazo y la pequeña frase: No Mas!... ambas, cargadas de negativismo. Pero a esos mismos diez millones de corazones solidarios, les recuerdo que por cada secuestrado hay 3 muertes causadas por el paramilitarismo, y nadie a favor para sentenciar verdadera justicia frente a los responsables. Ya nadie recuerda que Mancuso esta siendo amparado por una absurda ley de Justicia y Paz, que Jorge 40 se burla de todos los que a los tribunales van con lagrimas en la cara a declarar la cruda realidad de las muertes que el se da el lujo de no reconocer o recordar, y que por lo contrario justifica con respuestas para su conveniencia, que legalmente según esa ley, lo que hace es darle mas beneficios. En las calles no se oye hablar de que en las carreteras de Colombia hay cientos de paramilitares “reinsertados” señalando gente bajo un sueldo de nuestros gobernantes y que tenemos que tragarnos todo eso y mas, porque ellos están cumpliendo con un proceso, que para los que hemos vivido esto, el gobierno cínicamente responde que esto consiste en un perdón y olvido. -¡eso duele URIBE!...
Primo estas letras son para usted y los que desde aquí lo recuerdan, alzando la voz para que en algún momento la historia empiece a escribirse de otra manera...
“benditos medios de comunicación”…
De aquel lado se quejan, y aunque sea por una razón de verdadero peso, se ha convertido en un espectáculo sensacionalista para seguir alterando, lo que de moda se ha vuelto llamar “el pueblo”; es lógico atreverse a dudar que sea el pueblo realmente, porque si se habla acorde a las varias manipulaciones de los medios de comunicación, ese pueblo esta haciendo lo que solo promueve, para mi criterio, mas rencor lejos de la tolerancia que subliminalmente promueven los noticieros para la conveniencia del gobierno actual, que se aprovecha de dichos recursos para disfrazar, y en el caso de mayor gravedad, dejando impune las masacres de sus ejércitos paramilitares.
Diez millones de corazones se solidarizaron en Madrid, Paris, Londres, New York, Ciudad de Méjico, Buenos Aires y en toda Colombia, marchando en contra de Las FARC; esto titularon durante 5 días todos los espacios noticiosos, diez millones de corazones gritando en las calles del mundo la palabra rechazo y la pequeña frase: No Mas!... ambas, cargadas de negativismo. Pero a esos mismos diez millones de corazones solidarios, les recuerdo que por cada secuestrado hay 3 muertes causadas por el paramilitarismo, y nadie a favor para sentenciar verdadera justicia frente a los responsables. Ya nadie recuerda que Mancuso esta siendo amparado por una absurda ley de Justicia y Paz, que Jorge 40 se burla de todos los que a los tribunales van con lagrimas en la cara a declarar la cruda realidad de las muertes que el se da el lujo de no reconocer o recordar, y que por lo contrario justifica con respuestas para su conveniencia, que legalmente según esa ley, lo que hace es darle mas beneficios. En las calles no se oye hablar de que en las carreteras de Colombia hay cientos de paramilitares “reinsertados” señalando gente bajo un sueldo de nuestros gobernantes y que tenemos que tragarnos todo eso y mas, porque ellos están cumpliendo con un proceso, que para los que hemos vivido esto, el gobierno cínicamente responde que esto consiste en un perdón y olvido. -¡eso duele URIBE!...
Secuestrados los he visto regresar y abrazar sus familias, llenos de felicidad, porque hasta llegan a catalogar el ser liberados como volver a nacer; reinician sus vidas, siguen trabajando y disfrutando de viajes a Europa y los Estados Unidos, y las victimas sobrevivientes de los paramilitares simplemente olvidando y olvidados. ¿Olvidar que?... Muertes señaladas, desaparecidos de los cuales a veces se guarda la esperanza y otros que simplemente no se les da la gana de decir que hicieron con ellos, olvidar violaciones a mujeres por mas de un paramilitar y luego golpeadas hasta morir. Jamás debemos recordar que con el valor de la cobardía tomaban motosierras y descuartizaban gente frente a unos espectadores… ¡SUS FAMILIAS AMORDAZADAS!... tenemos que perdonar a quienes sin pudor alguno de vez en cuando recuerdan donde hay una fosa común o si alguno fue atado vivo a piedras y arrojado a un río o al mar. Hay que tragar en seco ver familiares muertos después de haber soportado torturas, con los dientes arrancados, sin ojos y uñas. Simplemente tenemos que dejar en el pasado que aún lo siguen haciendo. El secuestro duele, lo se, pero creo que intentar olvidar todo esto duele mas.
Estas masacres y torturas han sucedido en absolutamente todo el país, que lo diga Bogotá, Medellín y Cali, que lo digan los llanos, los santanderes, el eje cafetero, la costa pacifica y atlántica, pero que lo griten los indígenas que habitamos Colombia de principio a fin y cada uno de sus rincones, porque somos los menos escuchados y reconocidos, los que a quienes les proponen adoptar una posición de dignidad cuando la nuestra ha sido vulnerada en su plenitud por este grupo con las incontables muertes, porque nadie se atreve a contar cuantos han sido, porque ¡OJO!... tu puedes ser el próximo, pero les digo: este si es el verdadero pueblo, al que están sometiendo a callar, al que con todos los medios audiovisuales y escritos están manipulando haciendo creer que quejarse de Las FARC es la salida, ¡los que hemos vivido esto, somos la realidad de un pueblo, somos el pueblo real!
De este lado, en ningún momento intento justificar o defender a Las FARC, ni mucho menos ninguna corriente revolucionaria, pero con este escrito si remuevo la manera de que recuerden que la justicia no esta siendo consecuente con el equilibrio que promueve, que en todo el país y los rincones de los que hablo, hay miles de historias que exigen también libertad, pero de aquella libertad de hacer una vida digna que nos permita y garantice alcanzar la realización de la felicidad, verdadera razón por la cual venimos al mundo.
Nos resistimos a olvidar, pero no buscamos más intolerancia, solo levantamos la frente y la voz para exigir derechos y reconocimiento ante unas leyes que favorecen a nuestros victimarios, intentando dejarnos con la cabeza agachada cada día más. Hoy estoy en mi pueblo, desde hace poco mas de un año, esta vez lejos de donde escribía este tipo de cosas anteriormente, pero la situación permanece turbia y en aumento a tornarse mas deprimente, porque si desde donde estaba quería volver a mi pueblo, al llegar aquí hay mas confusiones, porque muchas veces al despertarme quiero salir corriendo de aquí. Estoy pisando y habitando la tierra que siento mía, pero conviviendo con uno de los índices de analfabetismo mas grande del país, niños muriendo de desnutrición, el desempleo es patético y los que aquí habitan solo esperan temporadas de elecciones políticas para convertir las calles en circos de caminatas promulgando un cambio, y desde sus sillas, ya siendo elegidos, solo ejercen el comprar casas y apartamentos en Barranquilla o Bogotá, en el Rodadero o Cartagena, algunos llegan a comprar incluso en el exterior, coleccionan armas de todo tipo, ostentan carros de ultimo modelo cada 3 meses y beben el Old Parr del mayor añejamiento posible en sus extravagantes fiestas privadas; y esto…! esto si que no lo dicen los “benditos medios de comunicación”…
Miguel Iván Ramírez Boscán
mail: miguelibo@hotmail.com
Celular: 300 8059565
Maicao – La Guajira – Colombia
…sieeeeempre, siempre te voy a alentaaaaar…!!!
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