Marzo 14 de 2007
El grupo que comandaba Rodrigo Tovar Pupo, alias'Jorge 40', en zona rural de este municipio, cometió homicidios, desapariciones, desplazamientos forzados y robos de animales y enséres.
Hasta el casco urbano de Maicao llegaron, el martes pasado, cerca de 40 indígenas wayuu para entablar la denuncia ante un fiscal de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía.
Los indígenas contaron que los paramilitares iniciaron la campaña de exterminio durante 2002 y 2004, en los corregimientos de Majayura y Carraipia, en jurisdicción de Maicao, para apoderarse de sus territorios y controlar rutas estratégicas para el tráfico de armas y droga y el contrabando de combustible en la frontera con Venezuela.
Bajo el mando de Jairo Alfonso Samper Cantillo, alias 'Lucho', capturado el pasado 28 de febrero en Soledad (Atlántico), los 'paras' -cerca de 50 hombres- sembraron el terror en las rancherías Ishapaa, Atnamana, Nouma de Campamento, Waimayaa, Tuctu y Ma'ashou.
Francisco, familiar de una de las víctimas, relató uno de los episodios más sangrientos atribuidos a este grupo paramilitar en la media Guajira.
El 2 de julio de 2002, después de un arreglo de paz entre dos familias wayuu, los 'paras' incursionaron en la zona conocida como La Esperanza, llevándose a cinco personas, entre ellas una mujer, que posteriormente fueron halladas asesinadas y con señales de tortura.
Huída a Venezuela
A raíz de las masacres y muertes selectivas, cientos de indígenas salieron huyendo hacia Venezuela, donde algunos se encuentran todavía refugiados.
"El hecho de que los wayuu sean binacionales ocultó la magnitud del desplazamiento forzoso provocado por los paramilitares. Aún se desconoce el número de personas desplazadas, desaparecidas, asesinadas y amenazadas por los 'paras' en La Guajira", dijo Carmen Ramírez Boscan, vocera de una organización de mujeres wayuu víctimas del conflicto.
Para Ramírez, el control paramilitar y sus consecuencias no sólo se ha presentado en la Alta Guajira, donde en abril del 2004 fueron masacradas 12 personas de la etnia wayuu, sino también en la media y baja Guajira, donde los paramilitares han desaparecido familias enteras.
Tras la desmovilización del Bloque Norte de las Autodefensas en marzo del año pasado, en Maicao han aparecido grupos emergentes conocidos como 'Águilas Negras' que continúan cobrando extorsiones a los comerciantes.
Ayer un equipo de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía estuvo escuchando los testimonios de las víctimas de los paramilitares que comandaban 'Jorge 40' y Hernán Giraldo, en el auditorio del Sena en Riohacha. Estas jornadas continúan el viernes en Maicao y el sábado en Uribia.
Hasta el casco urbano de Maicao llegaron, el martes pasado, cerca de 40 indígenas wayuu para entablar la denuncia ante un fiscal de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía.
Los indígenas contaron que los paramilitares iniciaron la campaña de exterminio durante 2002 y 2004, en los corregimientos de Majayura y Carraipia, en jurisdicción de Maicao, para apoderarse de sus territorios y controlar rutas estratégicas para el tráfico de armas y droga y el contrabando de combustible en la frontera con Venezuela.
Bajo el mando de Jairo Alfonso Samper Cantillo, alias 'Lucho', capturado el pasado 28 de febrero en Soledad (Atlántico), los 'paras' -cerca de 50 hombres- sembraron el terror en las rancherías Ishapaa, Atnamana, Nouma de Campamento, Waimayaa, Tuctu y Ma'ashou.
Francisco, familiar de una de las víctimas, relató uno de los episodios más sangrientos atribuidos a este grupo paramilitar en la media Guajira.
El 2 de julio de 2002, después de un arreglo de paz entre dos familias wayuu, los 'paras' incursionaron en la zona conocida como La Esperanza, llevándose a cinco personas, entre ellas una mujer, que posteriormente fueron halladas asesinadas y con señales de tortura.
Huída a Venezuela
A raíz de las masacres y muertes selectivas, cientos de indígenas salieron huyendo hacia Venezuela, donde algunos se encuentran todavía refugiados.
"El hecho de que los wayuu sean binacionales ocultó la magnitud del desplazamiento forzoso provocado por los paramilitares. Aún se desconoce el número de personas desplazadas, desaparecidas, asesinadas y amenazadas por los 'paras' en La Guajira", dijo Carmen Ramírez Boscan, vocera de una organización de mujeres wayuu víctimas del conflicto.
Para Ramírez, el control paramilitar y sus consecuencias no sólo se ha presentado en la Alta Guajira, donde en abril del 2004 fueron masacradas 12 personas de la etnia wayuu, sino también en la media y baja Guajira, donde los paramilitares han desaparecido familias enteras.
Tras la desmovilización del Bloque Norte de las Autodefensas en marzo del año pasado, en Maicao han aparecido grupos emergentes conocidos como 'Águilas Negras' que continúan cobrando extorsiones a los comerciantes.
Ayer un equipo de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía estuvo escuchando los testimonios de las víctimas de los paramilitares que comandaban 'Jorge 40' y Hernán Giraldo, en el auditorio del Sena en Riohacha. Estas jornadas continúan el viernes en Maicao y el sábado en Uribia.
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