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9/01/2020

ViViviendo Con COVID 19: Testimonio de María Claudia Pérez

Licencia de Foto:  Spark Post
María Claudia Pérez es una mujer emprendedora,  estudiosa y buena conversadora que vive en el Barrio San Martín del municipio de Maicao en La Guajira. 
Hoy comparte con lectores del NotiWayuu, lo que ha pasado en su vida desde que tuvo la sospecha de estar contagiada con COVID 19.  Este es su testimonio:
El día 08 de julio mi pareja sentimental, mi novio se hizo la prueba.  Le llego el resultado el 14 de julio y el resultado fue positivo. El tenía contacto con un familiar que trabaja en una entidad de salud en el municipio y esa persona también era positiva, por lo tanto yo había tenido contacto con un COVID positivo así que me dirigí a hacer mi cerco epidemiológico.   Llame a mi IPS que  es Comfaguajira. Yo vivo con mis padres, mi mamá sufre de Trombocitopenia (También llamada Púrpura) que es una enfermedad relacionada directamente  con la baja  de plaquetas, ella  tiene 63 años, por otra parte, mi papá tiene 73 años además de ser diabético e hipertenso hace 20 años. El corazón se me quería salir,  dije:  - Dios porque a mí.   Estaba maniática, no salía,  solamente a comprar mis productos alimenticios y a hacer diligencias de médicos de mis padres, yo he sido muy cuidadosa y no puedo juzgar a mi novio porque se le salió de las manos, como a todos se nos ha salido de las manos. 
El 14 informo a mi EPS Comfaguajira y la EPS de mis padres AnasWayuu.  La EPS Anaswayuu responde de manera inmediata.  El día 15 de julio vinieron y le hicieron la prueba a mis padres en horas de la mañana, pero no escribieron más, ni llamaron más. Mi prueba si fue más difícil porque esperé 14, 15, 16, 17, el 18 me tocó acercarme a la IPS ya después que la EPS me dijera que los encargados eran los de la IPS Wayuu Talashi y salgo de mi aislamiento y ahí logro que me hagan la prueba en las instalaciones de la IPS.  Conté  con la suerte de que tengo una excelente amiga especialista en cirugía, ella en todo momento estuvo al pendiente de mí estado de salud.   Así que después de esto comienzo mi aislamiento riguroso, comía  en platos aparte, todos mis utensilios aparte. 
Eran muchas horas pensando que prácticamente sin salir de mi casa recibí el virus, fue muy deprimente, muy triste, muy  inhumano, muy cruel, mi alma descansa cuando llegan los resultados de mis padres a finales del mes de julio, el resultado para ambos fue negativo. Un alivio.
Yo  tuve síntomas leves, pérdida del olfato de 6 a 8 días, dolor en el cuerpo y mucho agotamiento, empecé a tomarme mis medicamentos: Ivermectina, Azitromicina, Ibuprofeno, además me ayudaba con remedios caseros  y baños de plantas.
Llamaba constantemente a preguntar por mis resultados durante varias semanas, hasta que logré comunicarme con el gerente del COVID le envié mi numero de cédula, casualmente estaba entre mis contactos de Facebook.   
Mi único aliciente era un grupo de amigas con las que estoy conectada por whatsapp.  Ellas fueron a las únicas a quien les comente mi situación,  porque es muy difícil en este momento hablar abiertamente sobre el tema del COVID, sobre todo por la responsabilidad, me sentía tóxica  contaminante, radioactiva. Era muy triste mantenerme alejada de mi contacto físico y el calor humano de las personas a las que quiero, los días fueron pasando y solo después de haber transcurrido 35 días llegaron mis resultados donde me decían que era positiva y ahí me hicieron una tele consulta.
Los primeros 21 días pasaron muchas cosas por mi mente, yo pienso que los estragos mentales y psicológicos a los que una se enfrenta cuando tiene tanto tiempo libre y la única comunicación con otras personas era a través del celular, mirar  al mundo desde el televisor y ver tantos casos. Empecé a educarme en el tema, pero al mismo tiempo veía como morían amigos y familiares. Pensaba en la soberbia de los humanos y como nos creemos dueños del mundo  y nos hemos olvidado que existe un ser superior, también pensaba mucho en mis padres que debido a su edad y sus patologías pudieron haber muerto y que yo pude haber sido la causante, me siento condenada y me siento triste por este sistema de salud que nos desprotege a todos, al menos yo tuve para hacerme el tratamiento, pero pienso en aquellas personas que han fallecido por no tener recursos. Lloré muchas veces de impotencia al ver las cifras que pasaba el flamante presidente todas las noches en su alocución haciendo creer  a muchos incautos que todo está mejorando.
Ahora debo cuidarme más que nunca, pues aunque lo más grave ya pasó quedé con una gripe que si no me cuido puede convertirse en  neumonía o bronquitis.
Accedí  a dar mi testimonio  con el único fin de decirle a mis coterráneos de Maicao y La Guajira que se cuiden, que respeten las medidas de bioseguridad y que salgan de sus casas lo menos posible. Aunque el daño que me caso esta enfermedad en el cuerpo es muy  grande, no se compara con el daño psicológico. Esto contiene una carga emocional demasiado fuerte, les pido a todos que por favor se cuiden, que mantengan la calma y que permanezcan en casa.   

María Claudia Pérez Serrano  

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