Reflexión de diferentes
contextos cronológicos que reflejan lo que somos y podemos ser como Maicaeros.
Por, Miguel Iván Ramírez Boscán
Con ansia se esperaba cada sábado
y domingo de la semana, levantarse temprano no era fatídico como lo era para
levantarse para ir al colegio, los empolvados guayigol eran perfectos, ponerse
una media de una y otra de otra era común y por lo general una de ellas siempre
“apretaba pa´afuera”; el pecoso golty rojiblanco se asoleaba todo el viernes
para que llegara templado y ligero a las practicas, bastaba una moneda de 50
pesos para la bolsita de agua con un potente boli de cola con leche y hasta nos
sobraban 10 pesos, en el enmontado Colegio Rodolfo Morales reposaba el campo en
el que jugábamos, esperando que llegara el “Profe Cuesta y “Rifle” su auxiliar;
jugábamos al gol peliao o a los penaltis por grupos en los que no faltaba la
montañita de arena para perfilar mejor
la pateada, todos temían al cañonazo de “Cachy” quien se perfilaba como el
reemplazo de Valenciano; en épocas de lluvia la arenosa cancha se convertía en
jagüey y se cancelaban prácticas y torneos, en las tardes sin planificarlo
coincidíamos varios en la cancha para tirarle arena y piedras para que se
secara rápido, para cuando secaba la emoción era gigantesca, volvíamos a la práctica,
el profe llegaba y nos ponía a darle vueltas a la cancha para calentar, siempre
alguien se caía porque le “metían la traba” o se tropezaba con un peñón; hacíamos
estiramientos, ejercicios de parar el balón, tiros libres, cabezazos y
pinolitas hasta que por fin dividían los equipos, Pollitos A y Pollitos B para
echar un glorioso picadito de 15 minutos; Waow, que tiempo tan bello el vivido
en La Fundación Bolivariana de Deportes de Colombia.
Se reconocían otros equipos como
Alexmar, La Escuela Mundial, La Naranja Mecánica, entre otros; con aprecio
especial recuerdo un equipo que se llamaba “Los Papitones”, equipo al que le
ganamos la final en aquel año ´92 y del cual resguardo en mi retentiva resaltar
un niño flaquito, de estatura menor al promedio de los 10 años que teníamos y
del cual se evidenciaba una habilidad prodigiosa que todo el mundo admiraba,
recuerdo su nombre como Carlos Mario, quien deportivamente en lo personal lograba
intimidar porque me tocaba asumir gran responsabilidad en el juego; el solía
anotar mínimo 2 goles por partido, especialista en tiros libres, cabecitas,
bicicletas, gambetas, chalacas, taquitos, túneles y disparos fuera del área, no
se sabía cuál era la diestra o cual era “la mocha”, piernas de las cuales salía
su magia en general, mientras que yo era el último hombre de la valiente
defensa de los Pollitos A… si hago un paralelo a lo que vemos en el futbol de
hoy, enfrentar a Carlos Mario era como enfrentar a Messi.
Como Carlos Mario podría resaltar
muchísimos niños y jóvenes más de Maicao, he tenido la oportunidad de jugar
futbol en Bogotá, Duitama, Tunja, Santa Marta, Barranquilla, Valledupar, Armenia
y Pereira, en ninguna de estas ciudades he sentido jugar con gente que
resguarde técnica, calidad y sobre todo corazón, pero lastimosamente todos los
sueños que cobijan esta vocación, así como muchas otras más, se ven estancadas
en medio de los colmos que nos acostumbramos a ver comunes.
Argumentar porqué sucede esto es
complejo y ante todo se debe trazar una línea cronológica que recoja hechos y
patrones sociales que hemos vivido como Maicaeros, Guajiros y Colombianos de
los cuales me atrevo a sustentar en medio de mi perspectiva, la cual comparto
ante todo reflexiva y respetuosamente.
Maicao por su condición
fronteriza y cercanía de puertos marítimos posee históricamente una vocación
comercial, esta garantizó un dinamismo económico prospero durante mucho tiempo,
pasando por la comercialización que se producían aquí mismo entre los que se
destacan principalmente el maíz, algodón, ajonjolí y café de la sierra, esto sucedía
para los años 40 hasta los 60, las familias fundadoras de este Maicao contemporáneo
eran en su mayoría Wayuu y de un estatus económico bien posicionado, razón por
la cual en este pueblo se convivía a la vanguardia con lo que se veía en el
resto del mundo cultural, social y tecnológicamente. A mediados de los 60 y 70
se potencio en La Guajira la tan resonante “bonanza marimbera”, época de la
cual sin lugar a dudas aún se perciben huellas que incluso resquebrajaron
nuestra identidad, aquel guajiro noble y trabajador se empezó a cambiar por el
arrogante cacha afuera patinador de samuráis, experto conocedor de las trochas
para transportar droga, extravagancias en joyas, carros, fiestas, viajes y
exuberantes casas era la carrera de todo guajiro metido en el negocio, esto
paralelo a que lo que nació como vocación de comerciantes, se transformó en lo que
hoy llaman lavado de dinero en el marco de un contrabando del cual entran en
juego todo esto, la mercancía, la droga, los dólares y con todo esto la
ambición. Aunque varias cosas eran ilícitas, en cierta medida vivíamos en un Maicao
prospero, cualquier vendedor de bolsita de agua en el centro llevaba dinero
suficiente para alimentar y sustentar su hogar; hogar que todos los Maicaeros
llenaban con buenos equipos de sonido, televisores, betamax, nintendo,
lavadoras, neveras y cuanto electrodoméstico moderno se nos acurra llegaba
primero a Maicao antes que a cualquier otro lugar de Colombia, pero junto a
esto vivíamos ya para los 80 y 90 en una Colombia sumergida en violencia de
diferentes contextos entre narcotráfico, guerrillas, militares, paramilitares, políticos
y demás mafias, todas ellas dejaron su estampa en lo que hoy somos.
Hoy vivimos en lo que yo me
atrevo a definir como un Maicao confundido, pero que trabaja para estabilizarse;
siguiendo la secuencia generacional a la que hago referencia, pauto énfasis desde
mi realidad que soy nacido en el 82, pero también hablaré de la siguiente, la
nacida en los 90 la cual aún se está formando culminando por la que vivimos hoy
en día, proyectando por último la que vivimos en la actualidad.
Jugar futbol de manera
espectacular como muchos Maicaeros con los que jugué pudo convertirse en la
continuidad de unos jóvenes diferentes y exitosos en el deporte de no haber
tenido como modelo inmediato a seguir ese Maicao; entre mis amigos aun veo quienes
antes que querer perfilarse profesional o laboralmente de manera honesta, sus
sueños y anécdotas eran preferiblemente tentadas por tener las pistolas y las
samuráis para patinárselas en la cara a las novias mientras hacían tiros al
aire, se visionaban como capos contratando a Los Zuleta y Villazón en una casa
finca con la piscina llena de mujeres, se imaginaban en camaraderías esperando
que las avionetas o lanchas rápidas dieran luz verde para decir: ¡CORONÉ! –
Esto lo resumo en decir que muchos Maicaeros nacidos en esta época crecieron
como un “narquito frustrado” por los prototipos de guajiro que se
estandarizaron en la época, todo esto paralelo a que también teníamos el
privilegio de que en los televisores que compramos en el centro veíamos como crecía
la selección Colombia en cabeza de Higuita, El Pibe Valderrama e incluso El
Guajiro Arnoldo Iguarán, llegamos nuevamente a mundiales, vimos al Tino
Asprilla y El Tren Valencia, internacionalmente como no recordar a Maradona,
Roberto Baggio, Lothar Matheus; más adelante en televisores de mayor tecnología
encontrarse con Bebeto, Cafú, Romario; seguidos generacionalmente por Ronaldo,
Roberto Carlos y Ronaldinho; tanta magia ejemplarizante vivida pero no, aquí jugábamos
similar a ellos pero “era mejor el tiro al aire bebiendo old parr” desde los 15
años que darle continuidad al deporte, de aquí veo se derivó tanto Maicaero atracador
en busca del dinero fácil.
El tiempo pasando y si, su
destino se lo labra cada quien, de hecho esto no es un planteamiento
estandarizante que generaliza para todo el Maicaero, hubo esfuerzos de madres
que guiaron a sus hijos a vidas diferentes, voluntad de jóvenes que también tomaron
decisiones a parte de lo que aquí argumento, siendo este escrito incluso una
evidencia de ello; muchas y muchos Maicaeros nos preocupamos por todo el camino
recorrido y hoy hacemos propuestas teniendo en cuenta nuestra visión, pero
sobre todo fundamentada en nuestra realidad de vida.
Hoy Maicao está en un proceso de
transición, por eso mi lisura de llamarle confundido; veo en él ese tira y jale
entre el desprenderse de las viejas prácticas y el que quiere replantearse para
el futuro. Si bien hay por momentos escándalos, porque de lo que se habla hoy
en día es de corrupción (con esto metiéndome en un contexto más), debe haber decisiones
inteligentes desde quienes lideran diversos procesos valiéndose de las
envestiduras democráticas que les ha posicionado donde están y si este escrito
llegase a ustedes, les cuento que aún me encanta jugar el futbol y a mis 33
años hoy en las modernas canchas sintéticas, el talento Maicaero lo sigo
percibiendo y sin apasionamientos puedo decir que posee un alto nivel del que
puedo recalcar que veo varios “Carlos Marios”. El camino va bien, no lo
desconoceré jamás, los escenarios deportivos se están construyendo y están al
alcance de la gente, mi sugerencia es que esto no quede en discursos políticos y
lo complementen con el estímulo integral al deportista, campeonatos de buen
nivel, con reconocimientos gratificantes, partiendo de los colegios,
universidades e institutos locales y regionales, que cuenten con la dotación
necesaria, la logística garantizada, la difusión amplia, la asistencia medica
requerida y con esto contribuir al nuevo Maicaero, el de la generación del 2000
y 2010 que aun inocente de todo esto seguramente hoy se refugia en soñar en
poder ser como Teo, Bacca o James.
Con la partida terrenal del
querido y admirado “Profe Cuesta”, nace mi inquietud de compartir estas
palabras con mi pueblo y con todo aquel que vea a bien compartir; con lo que
aquí nombre entendí el porqué de los “NOJODA” del profe eran tan fuertes, porque
la época en la que él quiso formar con el brío de su juventud buenos
deportistas no fue más que eso, “Nojoda, tremenda época fuerte”. Hoy el “Profe
Cuesta” esta espiritualmente en cada impulso deportivo de Maicao, tomar como
ejemplo lo que al pisar el campo nos proponía, tomarnos de la mano en gesto de
unión y como equipo todos los Maicaeros, ingresar a la cancha por el medio
campo, ordenadamente llegar al centro, mirarnos todos a los ojos para que
sincronizadamente levantemos los brazos y a la voz del conteo hasta 3, en vez
del: - ¡Bolivariano, Bolivariano…! – Gritemos todos: ¡Maicaero, Maicaero…
Quiero, Puedo y lo Lograré!
Desde Caracas Venezuela, saludamos y lamentamos mientras recordamos al Profesor Cuesta Nuestro difunto Presidente de La Fundación Bolivariana de deportes de Colombia, Seccional de la Institución madre FUNDACIÓN BOLIVARIANA DE DEPORTES DE VENEZUELA, Presidida y dirigida por el Profesor, ANTONIO PINEDA LÓPEZ, Quien Fundo en Ecuador Fundación Bolivariana de deportes de Ecuador, En Peru Fundación Bolivariana de deportes del Peru a traves de Cantolao Club. En Bolivia Fundación Bolivariana de Bolivia a través de escuela Chiloe, soy el inventor de la arenga oficial que los niños en numero mayor a 2.000.000 cantan y dice Bolivariano.Bolivariano,Bolivariano, quiero puedo y lo lograre, Simón Bolívar NIÑO, Simón Bolívar joven, Simón Bolívar Espada,Simón Bolívar mensaje y Simón Bolívar deportista, Unión ,Unión y mas unión, La unión es nuestra divisa, Los niños de Maicao recibierón mi libro Simón Bolívar Para niños Jóvenes y deportistas y los afiches y calendarios Bolivarianos, desde aquí Gloria y reconocimiento al esfuerzo, tarea y dedicación de mi querido "PECHO E TABLA" ARTURO CUESTA, y a su querida y respetada familia que con tanto amor y desprendimiento nos atendieron, aunque me duele el no entender por que no me informaron oportunamente, solo les comento que me han perseguido y por ello no he podido ir a visitarlos !Mi corazón Bolivariano que es nuestra mascota Nito Bolivarianito, sigue lleno de amor por la Patria Grande de Bolívar no importa si los pueblos que hacen la historia.
ResponderEliminarAmigo: Miguel Ramirez, no sabe usted lo feliz que me hacen estos comentarios, que para mi son vivencias, y por información le señalo el itinerario o ruta cumplidas durante 12 años continuos, Caracas, Maicao,Santa Martha, San Pedro Alejandrino, Pescaito,Barranquilla, Romelio Martinez , Metropolitano, Sabana larga, Simiti, Campo de la cruz, entre otros Fue y seguira sien muy lindo muy grande compartir con los pueblos esa foto primera tiene su pie en campo de la Cruz, feliz 2019,Amor Éxito y paz.
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